Ningún gato pone huevos
La demanda de la Asamblea Constituyente de la Fracción Trotskista / MRT
Por Icaro Kaleb, mayo del 2016
El MRT (Movimiento Revolucionario de los Trabajadores), grupo responsable por el sitio La Izquierda Diario, ha defendido como perspectiva para el movimiento de los trabajadores, en el actual escenario de crisis de Brasil, “una respuesta democrática de fondo, inmediata, que realmente de respuesta a los anhelos y necesidades de los ‘de abajo’, una Asamblea Constituyente Libre y Soberana”.
La demanda por una Asamblea Constituyente es frecuentemente defendida por la organización internacional del MRT – la Fracción Trotskista (FT) – en los más diversos escenarios. Desde la revuelta argentina del 2001, pasando por el golpe en Honduras en el 2009, el movimiento de los “indignados” en el Estado español en el 2011 y varios otros contextos, la FT confiere un papel central a esa demanda.
En Brasil no es diferente: la entonces LER-QI (predecesora del MRT) defendió una Asamblea Constituyente en el levantamiento de masas en junio del 2013 y ahora, ante el avance del bonapartismo con la inminente caída del gobierno del PT, en una situación bastante distinta, más una vez aparece. Nosotros desacordamos de la perspectiva con que esa reivindicación es levantada por el MRT, así como sobre su supuesta utilidad en la actual coyuntura.
La demanda de Asamblea Constituyente que reivindicamos
Para nosotros marxistas, nos hace sentido expandir y defender garantías y derechos del Estado democrático-burgués de los cuales gozan los trabajadores (todavía reconociendo sus limitaciones y fragilidades bajo el capitalismo). Por éste motivo, incluimos en nuestro programa demandas contra el cerco a los derechos democráticos amenazados y buscamos expandir las libertades del proletariado y del pueblo. Es mejor para la clase operaria (incluyendo sus partidos) actuar en un régimen en que las posibilidades de divulgar sus ideas, manifestarse, debatir política etc. sean mayores y menos costosas. Las elecciones, aunque para el proletariado no alteran en nada su condición de clase subalterna, dan a los revolucionarios la oportunidad de hacer propaganda del programa revolucionario y denunciar el capitalismo y la dictadura de clase de la burguesía de forma abierta.
Creemos que ningún(a) compañero(a) del FT está en desacuerdo con lo que acabamos de afirmar en el párrafo anterior. Mas para nosotros, la demanda para por una Asamblea Constituyente se inserta en esa perspectiva (de una coyuntura donde inexiste la democracia burguesa) y solamente en la misma. Nosotros levantamos la demanda de Asamblea Constituyente (y otras demandas democráticas) en Libia y en Siria cuando explotaron guerras civiles entre sectores de la burguesía de esos países. Teníamos la intención de denunciar tanto las dictaduras de décadas, como los pretensiosos “demócratas” que dirigían los ejércitos de la oposición y que jamás se colocaron siquiera por esas demandas democráticas elementales. Pero llamamos prioritariamente por un movimiento de trabajadores independiente de ambas facciones burguesas y afirmamos que apenas un gobierno operario y campesino permitiría la conquista de sus intereses. La Asamblea Constituyente podría ser impuesta a la burguesía en el curso de la lucha, mas no representaría ninguna antesala o necesariamente un “camino” para un gobierno de los trabajadores. Lo que podría garantizar serían ciertas prerrogativas democráticas dentro de los límites del capitalismo. De ahí hemos levantado centralmente demandas transitorias, que denunciaban los límites del capitalismo y la necesidad de su superación. Como apunta el Programa de Transición:
“La social-democracia clásica que desplegó su acción en la época del capitalismo progresivo, dividía su programa en dos partes independientes una de otra; el programa mínimo, que se limitaba a algunas reformas en el cuadro de la sociedad burguesa y el programa máximo, que prometía para un porvenir indeterminado el reemplazo del capitalismo por el socialismo. Entre el programa máximo y el programa mínimo no existía puente alguno. La social-democracia no tenía necesidad de ese puente, porque sólo hablaba de socialismo los días de fiesta.
“La IV Internacional no rechaza las del viejo programa ‘mínimo’ en la medida en que ellas han conservado alguna fuerza vital. Defiende incansablemente los derechos democráticos de los obreros y sus conquistas sociales, pero realiza este trabajo en el cuadro de una perspectiva correcta, real, vale decir, revolucionaria. En la medida en que las reivindicaciones parciales –‘mínimum’ – de las masas entren en conflicto con las tendencias destructivas y degradantes del capitalismo decadente – y eso ocurre a cada paso, la IV Internacional auspicia un sistema de reivindicaciones transitorias, cuyo sentido es el de dirigirse cada vez más abierta y resueltamente contra las bases del régimen burgués. El viejo ‘programa mínimo’ es constantemente superado por el programa de transición cuyo objetivo consiste en una movilización sistemática de las masas para la revolución proletaria.”
— Leon Trotsky, Programa de Transición, 1938.
https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1938/prog-trans.htm
Para nosotros, la Asamblea Constituyente es una demanda que es parte del programa democrático “mínimo”, cuyo papel histórico es permitir un mayor espacio para la acción y esclarecimiento del proletariado, inclusive mayor divulgación delas ideas de los revolucionarios. La demanda de la Asamblea Constituyente sirve fundamentalmente para contextos en que no hay garantías constitucionales, ni otras libertades democráticas. Donde ya existe un régimen democrático burgués (con todas las limitaciones y contradicciones que él engendra), esa demanda específica no ayuda en una mayor abertura democrática, sin embargo permite que otras demandas democráticas sigan teniendo relevancia.
Es conocido el hecho que los Bolcheviques levantaron la demanda de Asamblea Constituyente a lo largo de la lucha da clase trabajadora contra la monarquía Zarista en Rusia. Ellos continuaron levantando esa reivindicación después que el Gobierno Provisorio burgués, establecido con la caída de la monarquía, pospuesto a su convocación. El Programa de Transición defendió, en 1938, la demanda de Asamblea Constituyente como importante para las colonias: “Es imposible rechazar pura y simplemente el programa democrático; es necesario que las masas por sí mismo sobrepasen este programa en la lucha. La consigna de la Asamblea Nacional (o Constituyente) conserva todo su valor en países como la China o la India.”
Esos son todos casos de países en que no había experiencia parlamentaria o libertades democráticas mínimas, y donde el capitalismo se había establecido sin la realización de una revolución burguesa profunda. El programa trotskista apunta, por medio de la teoría de la Revolución Permanente, que solamente el proletariado, con su gobierno, podría realizar las tareas democráticas burguesas más avanzadas.
Por lo tanto, la lucha por la Asamblea Constituyente no debería constituir una etapa por separado de la lucha por el socialismo. No sería una cuerda para ahorcar al proletariado en ilusiones democráticas. Tampoco ser comprendida como antesala de un gobierno operario. No defendemos, al contrario de los morenistas y otros etapistas, la “necesidad” de un período de régimen democrático burgués con la derrota de una dictadura, que sería un “primer paso” de la lucha por el socialismo. Es posible que la burguesía sea capaz de conseguir una transición burguesa, como fue el caso del fin de las dictaduras sudamericanas. En ese caso, alertamos para el peligro de la mantención de la dictadura de clase de la burguesía bajo una faceta “democrática”.
Por fin, de ninguna forma apoyaríamos cualquier gobierno burgués, incluyendo el de una Asamblea Constituyente. Llamamos a su convocación cuando puede ser usada para barrer los despojos de una dictadura, mas eso no es lo mismo que conferir apoyo político a una Asamblea que venga a ser convocada por la burguesía. Es por el mismo motivo que tampoco confiamos a una Asamblea Constituyente la defensa de intereses de los trabajadores. Mientras un gobierno proletario no fuera establecido, sustentado no por el parlamentarismo burgués, pero sí por órganos de poder de los trabajadores, no se puede esperar ninguna medida progresiva de un régimen “democrático” de este tipo.
La demanda de Asamblea Constituyente de la FT / MRT
Veamos la demanda de la Asamblea Constituyente levantada por la FT / MRT en diferentes declaraciones:
“Para nosotros este plan de lucha contra los golpes institucionales y ajustes tienen que ser lo suficientemente fuerte como para imponer una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, para atacar la corrupción de raíz, que hace que los capitalistas paguen la crisis y hacer frente a los problemas estructurales del país.”
— MRT propõe um plano de luta contra o impeachment e os ataques do governo do PT, 29 de marzo de 2016.
“Desde el inicio de la crisis política, el MRT vino proponiendo que […] se necesita políticamente a los obreros a cuestionar todas las ‘reglas del juego’ de esta democracia capitalista, del ‘soborno y la bala’. Esto se llevaría a cabo a través de una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, impuesta por la movilización de los trabajadores.”
— A Assembleia Constituinte dentro do programa transicional dos revolucionários, 30 de marzo de 2016.
http://www.esquerdadiario.com.br/A-Assembleia-Constituinte-dentro-do-programa-dos-revolucionarios
“Una Constituyente Libre y Soberana tendría otras cuestiones que tratar, como el no pago de la deuda pública, una radical reforma agraria y la ruptura de acuerdos de subordinación al imperialismo, además de garantizar inversiones macizas en educación, salud, transporte y vivienda.”
— Brasil: por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana impuesta por la fuerza de la movilización, 10 de diciembre de 2015.
El contenido dado por la FT / MRT, al contrario del nuestro, es de una Asamblea Constituyente que cumpliría tareas que van más allá de abrir espacio democrático para agitación y discusión política de los trabajadores, que también podría ser capaz de “hacer pagar a los capitalistas por la crisis”, “enfrentar los problemas estructurales del país”, “hacer una reforma agraria radical”, “la ruptura de los acuerdos de subordinación con el imperialismo”. En suma, podría mudar “las reglas del juego”.
Para nosotros, lo que está implícito en este programa es que la FT / MRT confirió a esa demanda democrática mínima un papel que, en realidad, solamente un gobierno revolucionario de los trabajadores puede cumplir. La FT / MRT está diciendo justamente lo contrario de lo que debería ser dicho. Lo que se debe decir es que ningún régimen burgués, por más democrático que sea, puede garantizar los intereses fundamentales de la clase trabajadora y de los otros sectores oprimidos (sobre todo los enumerados por la FT / MRT). Aunque considerásemos esa demanda apropiada a nuestra actual coyuntura, lo que no hacemos, solamente ese aspecto tornaría su agitación, de la forma como viene siendo conducida por el MRT, totalmente errada y contraproducente para los intereses del proletariado.
Para dejar claro: ninguna Asamblea Constituyente, especialmente si es convocada cuando ya existe un régimen democrático burgués, va a mudar “las reglas del juego”. Para mudarlas es necesaria una revolución socialista, que transfiera el poder político para el proletariado. No somos indiferentes a las ampliaciones de libertades democráticas, aunque sea dentro de un régimen democrático burgués. Mas ningún órgano burgués, como la Asamblea Constituyente, puede cumplir las tareas que la FT / MRT está atribuyendo a la misma. Al contrario, lo que ocurre es que muchas de las demandas democráticas más avanzadas probablemente sólo serán realizadas cuando los trabajadores obtengan el poder. Si la FT / MRT dice concordar con esa afirmación, ¿lo que explica su defensa ilusoria de las posibilidades de una Asamblea Constituyente?
¿Una asamblea constituyente en el Brasil del 2016?
Más allá de las contradicciones internas de la demanda de la FT / MRT está el hecho de que ella es levantada en el contexto de crecimiento de la reacción burguesa que estamos viviendo. Probablemente una Asamblea Constituyente convocada en la actual coyuntura generaría un producto más reaccionario que la actual Constitución brasileña. Eso difícilmente puede ser negado. La FT / MRT argumenta correctamente contra la política del PSTU por “elecciones generales”.
“Las elecciones generales que defienden, además de no dar ninguna salida de fondo a la crisis política, ya que no ofrece una ruptura con el régimen actual, favorecería de inmediato a la derecha, pues seguramente asumirían otros representantes de alguno de los partidos de la burguesía, tan corruptos y ajustadores, o aún más, de los que hoy están en el gobierno.”
PSTU: ¿vacilando para no defender abiertamente el impeachment de la derecha?
http://www.laizquierdadiario.com/PSTU-vacilando-para-no-defender-abiertamente-el-impeachment-de-la-derecha
Mas preguntamos a la FT / MRT: ¿será que una Asamblea Constituyente, que también es convocada por medio de elecciones y que no pone una ruptura con la democracia de los ricos – pues es una institución de la democracia burguesa – tendría un resultado diferente? Creemos que no. La FT / MRT respondió a críticas comprensibles como esta de forma muy rastrera, afirmando que
“La razón por tras de los argumentos que dicen que en esta coyuntura ‘una nueva Constituyente sería más reaccionaria que la del 88’ es la completa subordinación a una Constitución tutelada por los militares, además del escepticismo frente al desenvolvimiento de la fuerza de los trabajadores en la lucha de clases para imponer estas exigencias y desafiar este régimen del 88.”
http://www.esquerdadiario.com.br/A-Assembleia-Constituinte-dentro-do-programa-dos-revolucionarios
Afirmar que cualquier crítica a la perspectiva de una Constitución todavía más reaccionaria sería “escepticismo” es un argumento totalmente infantil. No es necesario ser “escéptico” para reconocer que existe una reacción poderosa y en el caso de ser convocada, una Asamblea Constituyente podría imponer un proyecto todavía más reaccionario. Esa perspectiva no está excluida. Por ser precisamente una demanda que está en los marcos de la democracia burguesa (y no olvidemos que Brasil ya es un régimen de ese tipo), la Asamblea Constituyente no implica una ruptura con los políticos enemigos de la clase trabajadora.
La FT / MRT responde a esas críticas afirmando que la Asamblea Constituyente que ellos defienden es “totalmente distinta” de aquella que inclusive es levantada por ciertos sectores de la burguesía. Afirma que sería “impuesta por la fuerza de la movilización”. Pero, si los trabajadores estuviesen en una ofensiva de movilizaciones, capaz de imponer proyectos a la burguesía, ¿los comunistas deberían colocar como pauta una “salida de fondo” restricta a la democracia burguesa? Aunque sea en la mejor de las hipótesis, la Asamblea Constituyente jamás podría representar nuestra “salida de fondo”.
Hay una profunda confusión en la política de la FT / MRT. Sin embargo no lo diga, su demanda de Asamblea Constituyente es al mismo tiempo burguesa y operaria. Burguesa porque, reconocidamente, no sale de los marcos del capitalismo ni del régimen democrático burgués. Operaria porque el programa que el MRT propone que se realice es el programa del proletariado, medidas que son irrealizables por una institución burguesa como esa. Eso es una profunda incoherencia.
La FT / MRT es como un campesino que trabaja duro el año entero para comprar una gallina, esperando que ésta ponga huevos saludables. Mas la gallina escogida es, en verdad, un gato disfrazado con un saco de plumas. Ningún gato pone huevos. Ninguna Asamblea Constituyente puede realizar las demandas que son proletarias hasta la médula, o mismo las demandas democráticas avanzadas. Esa analogía sólo no es perfecta porque los gatos están mucho más próximos de las gallinas en su naturaleza de lo que está una Asamblea Constituyente de un órgano de poder operario.
El “Programa de acción para Francia” de 1934
Uno de los argumentos usados por la FT / MRT para intentar justificar el uso sin sentido de la demanda por una Asamblea Constituyente en la actual coyuntura brasileña es apuntar que Trotsky habría levantado esa demanda en Francia en los años 1930 (también una democracia burguesa). ¿Será que el viejo revolucionario bolchevique realmente lo hizo? Y en el caso que sí, ¿será que dio a esa demanda la centralidad que le da la FT / MRT en la actual coyuntura de Brasil? Ya que la FT / MRT afirma que sí, cabe rebatir también este argumento histórico.
Los militantes de la FT / MRT, cuando responden verbalmente a nuestras críticas, siempre apuntan un texto específico de Trotsky, el Programa de acción para Francia, de 1934. Ese también es el texto citado en un artículo en que la FT / MRT debate a Trotsky y a Gramsci (sin explicar su relación teórica con el mismo) para defender la supuesta corrección de su demanda:
“Las demandas como que todos los cargos públicos tienen el mismo salario de un trabajador; todos los jueces y los funcionarios del Estado sean elegidos y tienen sus posiciones revocables; la fusión del ejecutivo y el legislativo en una sola cámara para poner fin a la Presidencia y el Senado, que defendemos como el contenido de la Asamblea Constituyente Libre y Soberana, no fueron inventados por nosotros. Son todas demandas de la primera experiencia de gobierno obrero de la historia, la Comuna de París, de 1871.”
— A Assembleia Constituinte dentro do programa transicional dos revolucionários, 30 de marzo de 2016.
http://www.esquerdadiario.com.br/A-Assembleia-Constituinte-dentro-do-programa-dos-revolucionarios
La FT / MRT dice que toda esta serie de demandas democráticas no fueron inventadas por ellos, pero viene de la Comuna de París y son parte del programa marxista. Perfecto. Mas es la FT / MRT que defiende a las mismas “como contenido de la Asamblea Constituyente Libre y Soberana”. ¿Será que es preciso, para defender ese programa democrático radical, defender la ilusión de que debe ser aplicado por una institución de la burguesía? La Comuna, que no apenas reivindicó, mas ejecutó tales demandas, era un órgano por excelencia de la clase trabajadora. Ella arrancó el poder en manos de los explotadores y sólo eso permitió que se realizara el programa democrático radical. Al contrario, defender que ese programa sea realizado por un órgano del Estado burgués es una ilusión debilitante, que coquetea con el etapismo “democrático”, que acredita en un régimen burgués “totalmente distinto”, como un “paso” para el poder de la clase trabajadora. No hay ninguna identidad entre la Comuna de París y una Asamblea Constituyente.
Volvamos al Programa de acción, de Trotsky. Él fue escrito en el contexto del gobierno bonapartista de Doumergue, que atacaba los derechos democráticos de los trabajadores en cuanto el fascismo crecía en Francia. Se trata de un programa completo para orientar al movimiento de los trabajadores y fue defendido por la sección francesa del movimiento por la IV Internacional, la Liga Comunista de Francia. Al releer ese documento, constatamos que en ningún momento es defendida la propuesta de Asamblea Constituyente para realizar el programa democrático o las demandas transitorias que levanta.
El máximo que podría justificar una confusión honesta es la defensa, que constituye uno de los puntos del documento, de una “Asamblea Única”. Pero, como la propia FT / MRT reconoce, eso significa reivindicar la disolución de la presidencia y del senado, instituciones que estaban en la punta de lanza de los ataques bonapartistas, además de que el senado era electo por voto limitado. Estas son las demandas de éste punto del programa:
“¡Abajo el Senado, elegido por voto limitado, y que transforma el poder del sufragio universal en mera ilusión!
¡Abajo la presidencia de la República, que sirve como oculto punto de concentración para las fuerzas del militarismo y la reacción!”
http://www.ceip.org.ar/Un-programa-de-accion-para-Francia
Trotsky levanta demandas democráticas que denuncian los límites de las instituciones burguesas vigentes. El problema está en que el MRT afirma que una Asamblea Constituyente puede hacer eso en Brasil. Sólo el movimiento operario puede implementar un programa de esa naturaleza, aunque no sea exactamente un programa “socialista”. La FT / MRT no podría, de buena índole, acusarnos de ignorar el programa de defensa de las conquistas de la democracia burguesa en el actual momento, inclusive las demandas que cuestionan los límites de la democracia burguesa. También levantamos una serie de demandas como las que están presentes en el Programa de acción en nuestra agitación cotidiana. Defendemos, por ejemplo:
“Abajo la ‘Ley antiterrorismo’, hecha para ser usada contra los movimientos sociales! Por la disolución de la policía militar y otras fuerzas policiales de represión a los movimientos de los trabajadores! Defender el derecho de manifestación, un derecho democrático cada vez más prohibido por los gobiernos. Exigimos la caída de todos los procesos contra los luchadores de las causas populares que combaten las injusticias del capitalismo.”
— Declaración sobre Brasil: Contra el impeachment! Contra el gobierno Dilma y su ‘ajuste fiscal’!, abril de 2016.
A lo más, hemos acordado con Trotsky que “una democracia más generosa facilitaría la lucha por el poder operario”. El movimiento de la clase trabajadora no debe luchar para imponer una Asamblea Constituyente para que entonces esta supuestamente ejecute tales demandas. Tal vez algunas de ellas sean impuestas por los trabajadores a lo largo de la lucha. Sólo un gobierno de los trabajadores puede garantizar su aplicación definitiva.
El Programa de acción está compuesto de cabo a rabo por demandas anticapitalistas y la defensa de un gobierno operario y campesino: “Abajo el ‘Estado autoritario’ burgués! Por el poder operario y campesino!” y “La lucha por la comuna operaria y campesina”. Son éstos los órganos capaces de realizar nuestras demandas. Por lo tanto, bien distante de la panacea que la FT / MRT hace de la demanda democrática de Asamblea Constituyente. Trotsky no parece encontrar que hablar de gobierno operario y campesino, aun cuando no hay una situación revolucionaria, implica un desvío “sectario”, como los militantes la FT / MRT han argumentado con nosotros.
Nuestra diferencia con la FT / MRT está en que no acreditamos que “una respuesta democrática de fondo, inmediata, que realmente de respuesta a los anhelos y necesidades de los ‘de abajo’” sea “una Asamblea Constituyente Libre y Soberana”, que es el centro de toda su agitación. Combinamos las demandas democráticas de defensa y ampliación de los derechos de los trabajadores con un programa transitorio también adaptado a la realidad brasileña. Defendemos la unidad de acción inmediata de los trabajadores – frente única – incluyendo a los partidos de izquierda y los movimientos sociales, encima de un programa básico para derrotar el golpe y el ajuste fiscal. La FT / MRT no puede acusarnos de sólo tener un “programa máximo” o algo del tipo. La diferencia es que nuestra “salida de fondo” para la crisis es la misma de Trotsky en 1934: un gobierno operario y campesino revolucionario. Es un objetivo que la FT / MRT, en la práctica, cambió por el objetivo circunscrito a la democracia burguesa de Asamblea Constituyente como una etapa de poder burgués anterior a la lucha por el poder operario, que supuestamente podría realizar un programa para los trabajadores.